*En vehículo mitad motocicleta y mitad “vocho”, Arturo Espinoza recorre las calles de la ciudad de Puebla dejando un aroma a café y aegrando la vida de los amantes del grano
Guadalupe Bravo
Puebla, Pue.- Con una motocicleta heredada por su papá, emprendió el camino y echó a andar su proyecto. Luego de trabajar en varias cafeterías, aprendió a tratar el grano con la delicadeza necesaria para sacar del fruto la taza más exquisita que complaciera hasta el paladar más severo.
Primero adaptó un auto Volkswagen Sedán para abrirse camino en el mundo de las cafeterías móviles. El “vocho” se hizo conocido entre los poblanos, sin embargo, fue tanta la demanda, que la movilidad y gastos se tornaron complicados. Decidió llevar a cabo la idea que le rondó el pensamiento por varios meses.
Gracias a sus estudios en ingeniería mecánica tenía el bosquejo de una estación cafetera en la cabeza y con la ayuda de un herrero, forjó cada pieza a la medida hasta adaptarla en su moto.
El café se ha convertido en sinónimo de lucha, de nostalgia y de desvelo, pero más que nada, de materializar un sueño. Arturo Espinoza siempre soñó con conocer la ciudad de Puebla, a pesar de nacer en la capital, de enorgullecer a su padre y de tener su propio negocio.
Emprender no fue fácil, invirtió todo lo que tenía: dinero, tiempo y esfuerzo. Y aunque probo suerte con diversos proveedores encontró el sabor perfecto en el grano de Coatepec., un municipio de Veracruz que destaca por su café de altura y por ser uno de los primeros estados del país en cultivar la semilla desde que llegó a México.
Sin más sabores que catar, a diario muele y sirve el café que ha sido reconocido a nivel internacional por su cultivo natural. Desde las siete de la mañana hasta el mediodía, Arturo transita por las principales vialidades de la ciudad, dejando a su paso el aroma de una de las tres bebidas más consumidas en el mundo.
Luego retoma el itinerario a las cinco de la tarde, la hora en que la mayoría de los oficinistas checa su salida para ahogar el estrés en una taza de chocolate mexicano o de un té chai.
Ya conoce a su clientela, en Angelópolis, por ejemplo, les gustan los descafeinados especiales, como el ‘macadamia’, el ‘caramel’, o bien el café de ‘crema irlandesa’.
En la Fiscalía del Estado de Puebla le piden bebidas calientes más fuertes, como el ‘expresso’, el ‘moka’ y el ‘capuchino’, para aguantar las extenuantes jornadas.
Solo hace falta un mensaje para que Arturo lleve “la cafetera y el molino hasta la puerta de tu trabajo”, como lo dice el menú que le reparte a sus clientes, con la esperanza de crear publicidad de boca en boca.
Verlo crear una taza de café es hipnótico. Hasta conlleva cierto grado de adrenalina, pues la rapidez no está peleada con la precisión y el toque de sabor necesario con la que Arturo prepara una bebida, caliente o fría, en medio del bullicio de la capital poblana.
A sus 29 años tiene en mente otro vehículo y un local. Desea poder acaparar todas las zonas que le sean posibles, no le gusta dejar a sus clientes insatisfechos, pues ahora le realizan pedidos de los municipios de San Pedro y San Andrés Cholula.
El empeño constante le ha dado como resultado el reconocimiento de sus clientes y espera que también el de su padre, quien desafortunadamente falleció hace tres años y a quien le debe el amor por los autos, las motocicletas y el café.
Si deseas contactarlo solo envíale un mensaje al número 2225177146 y en la medida de lo posible llegará a ti para maravillarte y empalagarte con el delicioso aroma del café de altura.